Me especialicé en Neuropsicología porque siempre me ha llamado la atención la conducta humana y más concretamente, qué origina y causa sus alteraciones. Me gusta aprender y cuando comencé a estudiar el cerebro, su complejidad me pareció muy interesante para entender ciertos trastornos y dificultades. El día que un profesor de la universidad, presentó en clase el vídeo del trabajo diario que realizaba un Neuropsicólogo, me pareció tan fascinante y asistencial, que supe que era a lo que me quería dedicar. Creo que una de las mejores formas de aprovechar lo que uno aprende es que ello le capacite para poder ayudar a otros, y la neuropsicología, sin ninguna duda, me permite llegar a muchas personas y familias y aportarles mi granito de conocimiento.

Actualmente trabajo en el ámbito de pediatría. En un gran porcentaje de casos, las alteraciones o deficiencias cognitivas en niños afecta en el proceso de aprendizaje. Esto puede observarse tanto en casa como en el ámbito escolar. El abordaje de estas dificultades desde nuestra especialidad posibilita un mayor entendimiento de la problemática, que junto con el programa de tratamiento, nos permite dotar de herramientas y trabajar las alteraciones  individuales observadas en cada paciente.

Me gustaría destacar la labor del equipo de trabajo. Es muy importante estar en constante coordinación con otros profesionales, ya que a menudo, las personas con las que trabajamos presentan dificultades relacionadas con otras áreas como puede ser, la logopedia o la terapia ocupacional, entre otras. El contar con un equipo multidisciplinar posibilita un mejor entendimiento de la problemática a tratar, una mejor asistencia clínica y, por lo tanto, mejores resultados. Estos mejores resultados se traducen en una mejor calidad de vida tanto de la persona como de sus familiares.