Cuando nos encontramos con un niño susceptible de beneficiarse de la atención temprana es muy importante que establezcamos unos objetivos claros en cada una de las áreas a tratar. Por ello, es de suma importancia realizar una valoración exhaustiva en cada una de ellas, por lo que hoy revisaremos cómo hacemos las valoraciones de fisioterapia pediátrica en atención temprana.
Primera valoración de fisioterapia pediátrica
En la evaluación inicial en fisioterapia pediátrica, determinaremos en qué momento de su desarrollo motor se encuentra el niño y qué ítems deberían estar presentes en ese momento y, o no lo están o están alterados. Todo esto tendrá como objetivo principal establecer un plan de tratamiento individualizado y personalizado en cada caso.
Para realizar una valoración completa debemos recopilar toda la información posible y elaborar una buena historia de fisioterapia infantil, que consta de varias fases.
Fases del proceso de valoración de fisioterapia pediátrica
En primer lugar recogeremos los datos personales del paciente, el más relevante entre ellos será su fecha de nacimiento.
Fase I – Datos personales del paciente pediátrico
La edad del niño es importante y nos aportará mucha información ya que, si conocemos la evolución motora del niño según su edad, sabremos los items motores que debería ser capaz de alcanzar en ese momento. Tendremos siempre en cuenta si ha habido prematuridad, así como el grado de la misma. En estos casos partiremos de lo que llamamos edad corregida, que es la diferencia entre la fecha probable de parto y la fecha real de nacimiento, y que tomaremos como edad de referencia. Esto es importante, no sólo porque la prematuridad puede condicionar un retraso en área motora, sino porque pueden aparecer asociadas otras alteraciones propias de los prematuros que agraven ese pobre desarrollo del mismo.
Fase II – Entrevista con los progenitores
La entrevista con los progenitores es otra parte de la evaluación a tener muy en cuenta. Será de gran valor todo lo que los padres nos puedan contar relativo al niño, desde incidencias en la gestación o el momento del parto hasta los antecedentes familiares, siendo preciso habitualmente hacer preguntas dirigidas para recoger la mayor información relativa al motivo de consulta. Si existe algún informe de otro profesional sanitario que haya visto al pequeño anteriormente, sería interesante adjuntarlo y leerlo en profundidad, por si pudiese aportar alguna información que hayamos pasado por alto.
Fase III – Exploración y valoración
En cuanto a la exploración, usaremos escalas para ver qué items motores están presentes y cuáles no en relación a la edad cronológica o la edad corregida. La escala de valoración de fisioterapia pediátrica la elegiremos dependiendo de la edad, las características y el diagnóstico del paciente. Hay más de 5 escalas diferentes para valorar el desarrollo motor de 0 a 6 años, siendo recomendable que sea el mismo profesional quien haga las evaluaciones periódicas del paciente a lo largo del tiempo.
En el caso de los bebés menores de 6 meses debemos prestar especial atención a la motricidad espontánea y la postura en reposo ya que, en estas edades tan tempranas, resulta complicado explorar la motricidad voluntaria o a petición. Esta parte será la que nos facilitará más información para el planteamiento de objetivos.
Fase IV – Informar y orientar a la familia
Una vez establecidas las metas es muy importante orientar y dar pautas a la familia para que colaboren en la estimulación temprana del menor desde casa.
Conforme vayamos alcanzando objetivos iremos haciendo balance y programando otros nuevos, por lo que podemos afirmar que, en la fisioterapia en atención temprana, aunque la valoración inicial sea la más importante de todas, este proceso de la evaluación del paciente será continuo hasta el momento del alta.